Refranes que comienzan por E


El amor de los gatos, a voces y por los tejados.

El amor del cobarde hace hombre para alarde.

El amor destierra la vergüenza.

El amor encogido en poco es tenido.

El amor entra con cantos y sale con llantos.

El amor es atrevido más que la ignorancia.

El amor es carne para el mancebo y hueso para el viejo.

El amor es ciego, y el matrimonio lo cura.

El amor es de hermano y no de señor.

El amor es el vino que más pronto se avinagra.

El amor es loco, pero a muchos vuelve tontos.

El amor es una ratonera; entra el ratón, cuando quiere, pero no saldrá cuando quiera.

El amor hace iguales a los que no lo son.

El amor hace locos de cuerdos y sabios de necios; conque enamórate, Pedro.

El amor iguala a los que se aman.

El amor muere de mal ausencia.

El amor no quiere consejo.

El amor nunca hizo ningún cobarde.

El amor poco, nunca es loco; pero si mucho es, con todo obstáculo da al través.

El amor presencia quiere, y sin ella, pronto muere.

El amor tira más que una yunta de bueyes.

El amor todo lo iguala.

El amor todo lo vence.

El amor vive en presencia y muere en ausencia.

El amor y el buñuelo han de comerse en caliente.

El amor y el interés, comen juntos en un plato; el amor come por horas y el interés cada rato.

El amor y el reinar, nunca admiten compañía.

El amor y el reloj locos son.

El amor y el vino sacan al hombre de tino.

El amor y la fe, en las obras se ve.

El amor y la luna se parecen: menguan cuando no crecen.

El amor, la tos y el fuego, no pueden ser encubiertos.

El amor, unas veces soñador y otras volador.

El año bueno, el grano es hecho; el año malo, la paja es grano.

El año que es de leche, hasta los machos la dan.

El aprender es amargura; el fruto es dulzura.

El arroz, el pez y el pepino, nacen en agua y mueren en vino.

El asno del gitano, viendo el palo alarga el paso.

El asno no quiere espuela, sino vara con aguijón que le duela.

El asno que se cree ciervo, al saltar se despeña.

El asno y la mujer, a palos se han de vencer.

El avariento nunca está contento.

El avaro, por gastar poco, aunque todo lo tiene, carece de todo.

El beso es al amor lo que el rayo al trueno.

El bien hacer abre cien puertas, y el mal agradecer las cierra.

El bien se vende por onzas y el mal por arrobas.

El bien viene andando, pero el mal volando.

El bien, de lejos viene; pero el mal, cerca lo tienes.

El borracho, aunque turbio, habla claro.

El buen garbanzo y el buen ladrón, de Fuentesauco son.

El buen libro de las penas es alivio.

El buen mosto sale al rostro.

El buen paño en el arca se vende.

El buen vestido aumenta la hermosura, y la fealdad disimula.

El buen vino de ha de beber en cristal fino.

El bueno, lo malo calla; el malo, todo lo habla.

El buey lerdo bebe el agua turbia.

El buey suelto, bien se lame.

El burro busca al otro burro pá rascarse.

El burro cayendo y el amo perdiendo, los dos se van entendiendo.

El burro de San Vicente lleva la carga y no la siente.

El burro que más trabaja, más rota tiene la albarda.

El burro sabe a quien tumba y el diablo a quien se lleva.

El caballo y la mujer, a ojo se han de tener.

El caldo, en caliente; la injuria, en frío.

El can en agosto, a su amo, vuelve el rostro.

El cantar, alegra el trabajar.

El capitán verdadero embarca el primero y desembarca el postrero.

El caracol donde nace, pace.

El casado casa quiere.

El casamiento y la mortaja del cielo bajan.

El cebo es el que engaña, no la caña.

El cerdo no sueña con rosas, sino con bellotas.

El cobarde vive, el valiente muere.

El comer y el rascar, todo es empezar.

El consejo de la mujer es poco, y el que no lo toma es loco.

El corazón del avaro se parece al fondo del mar, ya pueden llover riquezas, no se llenará.

El corazón en Dios y la mano donde se pueda.

El corazón engaña a los viejos.

El corazón es fiel, el entendimiento no lo es.

El corazón manda en los ojos, y les hace trampantojos.

El corazón no habla, pero adivina.

El corazón nunca es engañador.

El corazón que sabe temer sabe acometer.

El corazón sospechoso no tiene reposo.

El corazón triste, riendo muere y llorando vive.

El corazón y los ojos nunca son viejos.

El corazón, ni engaña ni se engaña.

El cordero manso mama a su madre y a cualquiera; el bravo ni a la suya ni a la ajena.

El cuerdo nunca se satisface de lo que hace.

El dar es honor; el pedir, dolor.

El demonio y las mujeres siempre se entretienen.

El desdichado va por agua al río, y encuentra el cause vacío.

El deseo hace hermoso lo feo.

El deudor no se muera, que la deuda en pie se queda.

El día más claro llueve.

El día para el trabajo; la noche para el descanso.

El diablo abre la puerta, y el vicio la mantiene abierta.

El diablo no sabe por diablo, sino por viejo.

El diablo sólo tienta a aquel con quien ya cuenta.

El diente de la cabra menos come que daña.

El dinero del mezquino anda dos veces el camino.

El dinero del pobre dos veces gasta.

El dinero hace al hombre entero.

El dinero no es santo; pero hace milagros.

El doctor, a los malos desespera y a los buenos consuela.

El ducado nunca huele a robado.

El duro del casado vale dos cincuenta.

El enamorado y el pez frescos han de ser.

El enamorado, ve en la verruga de su novia un lunar encarnado.

El envidioso es de tal ser, que no se le indigesta lo que come, sino lo que ve comer.

El espantajo sólo dos días engaña a los pájaros; a los tres, se cagan en él.

El espejo no sabe mentir; lo que le dijeron ha de decir.

El frío conoce al encuero.

El gallo bueno, canta igual en su corral que en el ajeno.

El gañán y el gallo, de un año.

El gato de Mariramos halaga con la cola y araña con las manos.

El gato escaldao, hasta del agua fría huye.

El gato que se quema con la leche, cuando ve la vaca llora.

El gato y el ratón nunca son de la misma opinión.

El golpe de la sartén, aunque no duela, tizna.

El gran pez sólo se cría en gran mar.

El gusto se rompe en géneros.

El hábito no hace al monje.

El hacer bien a un bellaco, es guardar agua en un saco.

El hambre aguza el ingenio.

El hambre y la guerra, para verlos a cien leguas.

El hambriento, por sorber algo, sorbe el viento.

El hijo de erizo con púas nace.

El hijo de la cabra, de una hora a otra, bala.

El hijo del asno, dos veces rebuzna al día.

El hijo del judío a fraile se ha metido.

El hombre astuto, hasta de los males saca buen fruto.

El hombre después que le roban, pone candado.

El hombre donde nace, el buey donde pace.

El hombre experimentado, es hombre viejo y gastado.

El hombre pone, y la mujer dispone.

El hombre propone, Dios dispone y el diablo descompone.

El hombre reina y la mujer gobierna.

El hombre se arropa, hasta dónde la sábana le llegue.

El hombre se tuerce; pero no se rompe.

El hombre y el oso cuanto más feo más hermoso.

El huésped dos alegrías da, una cuando llega y otra cuando se va.

El huésped y el pez a los tres días huele.

El ignorante y el ciego caminan a tiento.

El infierno está lleno de buenas intenciones y el cielo de buenas obras.

El infortunio pone a prueba a los amigos y descubre a los enemigos.

El jorobado no ve su joroba, sino la ajena.

El joven conoce las reglas pero el viejo las excepciones.

El juego del puto, la primera carta es triunfo.

El labrador que quiera empobrecer, a sus criados deja de ver.

El lechón de un mes, y el pato, de tres.

El letrado y la paciencia ganan la sentencia.

El levante las mueve y el poniente las llueve.

El lo que se pierde, se aprende.

El loco, por la pena es cuerdo.

El maestro Quiñones, que no sabe para él, y ya quiere dar lecciones.

El mal año entra nadando.

El mal caldo, hirviendo y soplando.

El mal cobrador hace mal pagador.

El mal de vientre no se cura con agua caliente.

El mal entra como loco, y sale poco a poco.

El mal llama al mal.

El mal para quien lo fuere a buscar.

El mal que no tiene cura, es locura.

El mal trago pasarlo pronto.

El mandar no admite par.

El marido celoso nunca tiene reposo.

El más ruin se engalla, y el más honrado calla.

El mejor cazador, miente más que caza.

El mejor disfraz, el tiempo te lo dará.

El mejor escribano echa un borrón.

El mejor maestro, el tiempo; la mejor ciencia, la experiencia.

El melón y el casamiento, han de ser de acertamiento.

El melón y la mujer difíciles son de entender.

El melón y la mujer, malos son de conocer.

El melón, calado, y el amigo, bien probado.

El miedo guarda la viña.

El miedo no anda en burro.

El miedo tiene mucha imaginación y poco talento.

El mirón, ¡Chitón!

El mucho saber hace sabios, pero no dichosos.

El mucho vino, no guarda secreto ni cumple palabra.

El muerto al hoyo y el vivo al bollo.

El muerto al pozo, y el vivo al gozo.

El muerto cuando lo cargan se hace el pesao.

El muerto es del mar cuando la tierra lejos está.

El mundo es un mercado, o serás ladrón o serás robado.

El mundo es un tira y afloja, y para que unos rían, otros lloran.

El no hacer falta y el estorbar, juntos suelen andar.

El novio y el pez, frescos han de ser.

El ocio no quede impune; quien no trabaje, que ayune.

El oficial hace la obra, y el maestro la cobra.

El oficio de aguador se aprende al primer viaje.

El ojo del amo engorda el caballo.

El oro se prueba en el fuego y los amigos en las adversidades.

El padre desvergonzado, hace al hijo mal hablado.

El pan ajeno hace al hijo bueno.

El pan comido, hace al que lo da amigo.

El pan duro, duro, más vale duro que ninguno.

El pan sin ojos, y el queso con ellos.

El pasajero se conoce por la maleta.

El peligro que no se teme, más presto viene.

El pepino en el gazpacho, y los negocios en el despacho.

El pequeño can levanta la liebre y el grande la prende.

El perro del hortelano, que ni come las berzas ni las deja comer al amo.

El perro viejo, si ladra, da consejo.

El pescador de caña, más come que gana.

El pescar con caña, requiere paciencia y maña.

El pez de mayo, a quien te lo pidiere dalo.

El pez grande en la mar se hace.

El pez grande se come al chico.

El pez que busca el anzuelo busca su duelo.

El pez y el cochino, la vida en agua y la muerte en vino.

El pie en el lecho y la mano el pecho.

El pobre es rumboso; el rico roñoso.

El pobre no tiene consuelo ni con la subida del sueldo.

El pollo de enero, debajo de las alas trae el dinero.

El prometer no empobrece, y cosa de ricos parece.

El puerco y el noble, por la casta se conocen.

El puro y la mujer, acertar y no escoger.

El que a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija.

El que a buen árbol se arrima, buenos cojones le cuelgan.

El que a buen árbol se arrima, si nadie le ve se orina.

El que a caracol ara, o sabe mucho o no sabe nada.

El que a dos amos atiende, a uno le queda mal.

El que a hierro mata, a hierro muere.

El que a la bodega va y no bebe, burro va y burro viene.

El que a la tienda va y viene, dos cosas mantiene.

El que a los cuarenta no atina y a los cincuenta no adivina, a los sesenta desatina.

El que a otro quiere engañar, el engaño en él se puede tornar.

El que a otro quitó la vida, la suya juzga perdida.

El que acaba primero, le ayuda a su compañero.

El que al pedir abusa, a cambio recibe una excusa.

El que algo quiere, algo le cuesta.

El que ama a una casada, puede morir de cornada.

El que ama el peligro, en él perece.

El que amenaza pierde la ocasión de la venganza.

El que anda con cojo, aprende a cojear.

El que anda en silencio, cazar espera.

El que aprende con pelos abajo, aprende poco y con trabajo.

El que araña y muerde, poco puede.

El que asno nace, asno se queda.

El que avisa no es traidor.

El que bien huele, mal hiede.

El que bien lo sabe, pronto lo reza.

El que bien vive y santamente, antes de tiempo ve la muerte.

El que bruto entra, bruto se ausenta.

El que buen salto da, a sus pies se atiene.

El que busca las escogidas, se queda con las raídas.

El que busca, siempre encuentra.

El que cada día va bien, el domingo no tiene que poner.

El que caga duro y mea claro, no necesita médico ni cirujano.

El que calla, otorga o no tiene una perra gorda.

El que calla, otorga.

El que callar no puede, hablar no sabe.

El que camina, no estorba.

El que carece de ideas, hace suyas las ajenas.

El que con crios se acuesta, mojao se levanta.

El que coge la zorra y la desuella, ha de saber más que ella.

El que come poco y bien, vive mucho y mejor.

El que come solo, muere solo.

El que come tierra, carga su terrón.

El que come y canta, pronto se atraganta.

El que come y no da, atragantado morirá.

El que compra un paraguas cuando llueve, valiendo seis le cobrarán nueve.

El que compra y miente, en su bolsa lo siente.

El que con cojos anda se llama bastón.

El que con locura ama, nunca llega hasta la cama.

El que con locura nace, con ella yace.

El que con su barriga se enoja, la tripa le queda floja.

El que con su desgracia se conforma, su dicha se forma.

El que corre mucho se cae de panza y el que no corre no alcanza.

El que cree en mujer no cree en Dios.

El que da lo suyo antes de la muerte, merece que le den con un canto en los dientes.

El que da pan a perro ajeno, se queda sin el pan y sin el perro.

El que da primero, da dos veces.

El que de amigos carece es porque no los merece.

El que de joven no trabaja, de viejo duerme en paja.

El que dé rosas de comer al burro, cobrará con un rebuzno.

El que el vino no trae, Dios le quite el pan.

El que en agosto duerme, velará en septiembre.

El que entre miel anda, algo se le pega.

El que escoge buen camino, siempre llega a su destino.

El que es enemigo de la novia, ¿cómo dirá bien de la boda?

El que es perico donde quiera es verde.

El que espera, desespera.

El que espera desespera y el que viene nunca llega.

El que está, y no está por su gusto, que se joda es justo.

El que evita la ocasión, evita el ladrón.

El que exprimió su limón que se tome su agrio.

El que fácilmente se enojas, hace locuras.

El que guarda, siempre tiene.

El que ha de besar al perro en el culo, no ha menester limpiarse.

El que habla cata.

El que hace trampas jugando, al infierno se va caminando.

El que hace uno, hace ciento.

El que huye, obedece.

El que la hace, la paga.

El que la sigue la consigue.

El que le tiene miedo a los ojos, no puede comer cabeza.

El que madruga, dios le ayuda.

El que madruga... duerme menos.

El que mal anda, mal acaba.

El que mal vive, poco vive.

El que más hace, es el que menos merece.

El que más madrugó, un talego se encontró.

El que mucho habla, mucho yerra.

El que nace pa maceta, no pasa del corredor.

El que nace para burro, de niño ya tiene orejas.

El que nace para pito nunca llega a corneta.

El que nada sabe, nada teme.

El que nada tiene, nada vale.

El que no agradece, al diablo se parece.

El que no agradece, no merece.

El que no aprende a sus años, sufre amargos desengaños.

El que no arriesga no gana.

El que no corre, vuela.

El que no engorda comiendo, no engorda lamiendo.

El que no está hecho a bragas las costuras le hacen llagas.

El que no habla, no yerre.

El que no le teme a la muerte es porque no le teme a la vida.

El que no llora, no mama.

El que no hace caso de una buena madre hará caso de una mala madrastra.

El que no hace caso a una buena madre, hará caso a una mala suegra.

El que no sabe, es como el que no ve.

El que no se arriesga, no pasa la mar.

El que no tiene amigos, tema a los enemigos.

El que no tiene nada que hacer, con el rabo caza moscas.

El que paga mal, paga dos veces.

El que parte y comparte, se queda con la mejor parte.

El que pega primero pega dos veces.

El que persevera triunfa.

El que por su gusto muere hasta la muerte le sabe a gloria.

El que presta a un amigo pierde la plata y pierde el amigo.

El que presta a un amigo, pierde lo prestado y pierde al amigo.

El que presta su caballo para garrochar, y a su mujer para bailar, ná tiene que reclamar.

El que presta, a pedir se atiene.

El que primero se levanta primero se calza.

El que quiera peces que se moje el culo.

El que quiera saber que se compre un viejo.

El que quiera saber, mentiras con él.

El que quiera saber, que vaya a Salamanca.

El que quiere moño bonito, tiene que aguantar jalones.

El que regala bien vende, si el que recibe lo entiende.

El que resiste, gana.

El que ríe último ríe mejor.

El que roba a un ladrón, tiene cien años de perdón.

El que sabe querer, sabe perder.

El que se casa viejo, muerte o cuernos.

El que se enamora no lo nota, pero al poco tiempo se vuelve idiota.

El que se enfada en la boda, la pierde toda.

El que se fue a la villa perdió su silla.

El que se queja, sus males aleja.

El que se viste con lo ajeno, en la calle lo desnudan.

El que siembra en tierra ajena, hasta la semilla pierde.

El que siembra maíz, que se coma su pinole.

El que siembra, recoge.

El que siembra tormentas recoge tempestades.

El que temprano se levanta, cualquier bulto lo espanta.

El que tenga tienda, que la atienda.

El que tiene boca, se equivoca, y el que tiene culo, sopla.

El que tiene buenas piernas no necesita muletas.

El que tiene capa, escapa.

El que tiene el culo alquilado, no puede sentarse en él.

El que tiene higuera en camino real, si quiere comer higos, tiene que madrugar.

El que tiene ictericia, todo lo ve pajizo.

El que tiene la cabeza de manteca no debe acercarse al horno.

El que tiene las lagrimas hondas, que empiece llorar temprano.

El que tiene padrinos, se bautiza.

El que tiene sed, busca agua.

El que tiene un vicio, si no se mea en la puerta se mea en el quicio.

El que tiene vergüenza, ni cena ni almuerza.

El que tiene y su mal escoge, de lo que venga no se enoje.

El que tienes más saliva, come más hojaldres.

El que tonto nace, tonto muere.

El que tonto se fue a la guerra, tonto volvió de ella.

El que tuvo, retuvo, y guardó para la vejez.

El que un bien gozar espera, cuando espera, desespera.

El que va a hacer mal, ya va herido, dice el refrán.

El que va con un cojo al año cojea o rangea.

El que va en carro, ni va a pie ni a caballo.

El que vende un caballo es porque patea.

El que venga atrás que arree.

El que viejo se casa, mal lo pasa.

El rayo y la maldición dejan sana la ropa y queman el corazón.

El roble como nace y el pino como cae.

El rocín a la crin, y el asno, al rabo.

El ruin de Roma, en mentándolo asoma.

El saber no ocupa lugar.

El sastre que no hurta, no es rico por la aguja.

El sastre, corte y cosa, y no se meta en otra cosa.

El sol de agosto cría aceite y mosto.

El sol de marzo, dá con el mazo.

El sol sale para todos.

El sordo no oye, pero bien que compone.

El sucio quiere ensuciar al otro.

El sueño es media vida y la otra media la comida.

El sueño quita el hambre.

El tiempo aclara las cosas.

El tiempo es oro.

El tiempo todo lo alcanza, a la corta o a la larga.

El tonto y el mezquino, andan dos veces el mismo camino.

El trabajo mata al asno, pero no mata al amo.

El trabajo no deshonra, dignifica.

El trabajo sin reposo, convierte al hombre en un soso.

El tramposo, el codicioso y el tahúr, presto se conciertan.

El tronco de enero, no le pongas en el humero.

El tuerto es el rey en el mundo de los ciegos.

El uno por el otro la casa sin barrer.

El valiente vive hasta que el cobarde quiere.

El verano, es el mejor amigo de los pobres.

El vicio envilece y la virtud ennoblece.

El viejo en su tierra y el mozo en la ajena miente de igual manera.

El vino debe tener tres prendas de mujer hermosa: buena cara, buen olor y buena boca.

El vino es la teta del viejo.

El vino se hizo para los reyes y el agua para los bueyes.

En Abril, aguas mil.

En agosto y enero para tomar el sol, no te pongas el sombrero.

En agosto, frío en el rostro.

En apurada ocasión, haz de tripas corazón.

En arca de avariento, el diablo yace dentro.

En boca cerrada no entran moscas.

En boca del mentiroso lo cierto se hace más que dudoso.

En camino largo, paso corto.

En carrera larga hay desquite.

En carrera larga no se pisa base.

En casa de mujer rica, ella manda y ella grita.

En casa de sinvergüenza: todo el mundo es suyo.

En casa de viejo: no faltará un buen consejo.

En casa del ahorcado no se ha de nombrar la soga.

En casa del herrero, cuchillo de palo.

En casa del jabonero: el que no cae, resbala.

En casa del ladrón: te roban hasta la respiración.

En casa del músico: todos saben cantar.

En casa del pobre: la alegría dura poco.

En chica cabeza, caben grandes ideas.

En chica casa y en largo camino se conoce al buen amigo.

En cosas de su provecho, hasta el más tonto es cuerdo.

En el arca del avariento, el diablo yace dentro.

En el buen tiempo, amistades ciento; mudada la fortuna, ni una.

En el culo y en la trompeta, sólo es aire lo que suena.

En el menguante de enero, corta tu madero.

En el país de los ciegos, el tuerto es rey.

En el peligro se conoce al amigo.

En enero, el besugo es caballero.

En enero, el buey y el varón, hacen riñón.

En enero, suda el fresno.

En España, amigos de hoy, enemigos de mañana.

En esta feria has de ser o mercancía o mercader.

En este mundo nada hay cierto, salvo la muerte y los impuestos.

En este mundo traidor, al mejor tratan peor.

En este mundo traidor, de cagar nadie se escapa: caga el rico caga el rey, caga el obispo y el Papa.

En Noviembre, corta leña y duerme.

En febrero, busca la sombra el perro pero a finales no a primeros.

En gran río, gran pez, mas ahógase alguna vez.

En hombre nuevo no hay trampa vieja.

En la boda, quien menos come es la novia.

En la huerta que hay mozo, está en la acequia o en el pozo.

En la necesidad, se conoce la amistad.

En la vida no me quisiste, en la muerte me plañiste.

En la vivienda del pobre, la casa siempre es enorme.

En larga jornada, la leve carga es pesada.

En largos caminos, se conocen los amigos.

En las caricias de otoño, se empieza en la cara y se acaba en el coño.

En las cosas del corazón, no manda uno, mandan dos.

En las cosas del espíritu el que no avanza, retrocede.

En lo que el hacha va y viene, descansa el palo.

En los nidos de antaño no hay pájaros hogaño.

En mal de muerte, no hay médico que acierte.

En martes, y tu hijo cases, y tu cerdo mates.

En marzo tres hojitas tiene al ajo.

En mayo lodo, espigas en agosto.

En mentando el ruin de Roma, por la puerta asoma.

En negocios de mucho tomo, ándate con pies de plomo.

En Peñaflor de Hornija, puta la madre y puta la hija.

En San Nicolás de los vinos agudos, de treinta vecinos veintinueve cornudos.

En tal mundo vivimos, que para lo que queda por ver, no es nada lo que vimos.

En todas las partes cuecen habas y mi casa a calderadas.

En todas partes tiene la semana su martes.

En trece y martes, ni te cases ni te embarques.

En Zaratán, buenas putas y mejor pan.

Enemigos grandes: vergüenza y hambres.

Enemigos me de Dios, y amigos no.

Enero las quita el sebo, febrero las descoyunta, ellas mueren en abril, y mayo lleva la culpa.

Enero, soy caballero, según lo encuentro, lo llevo.

Enfermo que come y mea el diablo que se lo crea.

Engañosa es la gracia, y vana la hermosura.

Enteramente en balde, no se da nada a nadie.

Entre bellacos, virtud es el engaño.

Entre bueyes no hay cornadas.

Entre col y col, lechuga.

Entre dos amigos, un notario y dos testigos.

Entre hermanos que nadie meta la mano.

Entre pillos anda el juego.

Entre santa y santo, pared de cal y canto.

Entre sastres no se pagan hechuras.

Entre todos la mataron y ella sola se murió.

Envidia, ni tenerla ni temerla.

Éramos pocos y parió la abuela.

Eres como el que asó la manteca.

Eres como San Nicolás, me lo quitas después que me lo das.

Eres más prevenido que el tío Baltasar, que se limpiaba el culo antes de cagar.

Errando, errando, se va acertando.

Es caballero, no el que tiene caballo, sino el que tiene dinero.

Es como el basurero que quema por debajo.

Es como el cilindro, que cualquiera lo toca pero no cualquiera lo carga.

Es como la mierda del pavo que ni sabe ni huele.

Es costumbre de villanos tirar la piedra y esconder la mano.

Es de bien nacidos ser agradecidos.

Es de sabios cambiar de mujer.

Es el mismo músico, pero con diferente son.

Es el mismo perro, pero con diferente dueño.

Es la misma gata, pero revolcada.

Es más corto que las mangas de un chaleco.

Es más listo que el hambre.

Es más tonto que mandao hacer de encargo.

Es mejor callar que con tontos hablar.

Es mejor tres hombres corrientes que uno sabio.

Es viejo, pero no pendejo.

Es virtud el trabajar, como también el guardar.

Escarmentar en cabeza ajena es lección barata y buena.

Escatimar y dar a putas.

Esconder la ignorancia es hacerla creer.

Escribano, puta y barbero pacen en un prado y van por un sendero.

Ese oye sus defectos que no calla los ajenos.

Eso es regar fuera del tiesto.

Espada toledana y broquel barcelonés; puta valenciana y rufián cordobés.

Espera que se acabe el circo para verle la cara a los payasos.

Esperando marido caballero, lléganle las tetas al braguero.

Esperar salud en muerte ajena es condena.

Esta todo dicho pero no hay nada hecho.

Está como abeja de piedra.

Esto son lentejas, si las quieres las tomas y si no las dejas.

Estómago vacío no tiene oídos.

Estudiante que no estudia, en nada bueno se ocupa.

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