Abril el de las aguas mil, que todas caben en un barril.
¡A buenas horas, mangas verdes!
¡Ay putas, y como sois muchas!
¿A do vas bien? A do más se tien.
¿A dónde vas a ir que más valgas?
¿A un ¡toma! ¿Quién no se asoma?
¿A un perdido, quién lo pierde?
¿Adónde vas Vicente? Adonde va la gente.
A abad sin ciencia y sin conciencia, no le salva la inocencia.
A abril alabo si no vuelve el rabo.
A árbol caído, todo son piedras.
A asno lerdo, arriero loco.
A barba muerta, obligación cubierta.
A bestia comedora, piedras en la cebada.
A bestia loca, recuero modorro.
A bicho que no reconozcas, no le pises la cola.
A bien dar o mal dar, por no pedir no ha de quedar.
A bien obrar, bien pagar.
A bien se llega quien bien aconseja.
A bloque, la casa en roque.
A bodas y a un niño bautizado, no vayas sin ser llamado.
A borrica arrodillada, no le dobles la carga.
A brutos da el juego.
A buen amigo buen abrigo.
A buen capellán, mejor sacristán.
A buen entendedor, pocas palabras bastan.
A buen hambre, no hay pan duro, ni falta salsa a ninguno.
A buen sueño, no hay cama dura.
A buena y sin engaño, para mi quiero el provecho y para ti el daño.
A buenas ganas, huelgan las salsas.
A buenos ocios malos negocios.
A buey viejo no le cates abrigo.
A buey viejo no se le saca paso.
A buey viejo, cencerro nuevo.
A buey viejo, pasto tierno.
A burra nueva, cincha amarilla.
A burro desconocido, no le toques la oreja.
A burro negro no le busques pelo blanco.
A burro viejo, poco forraje.
A caballo ajeno, espuelas propias.
A caballo corredor, cabestro corto.
A caballo de presente no se le mira el diente.
A caballo grande, grandes espuelas.
A caballo no hay ningún cuerdo.
A caballo que se empaca, dale estaca.
A caballo que te regalan no pongas reparos en la capa.
A caballo regalado no le mires el dentado.
A caballo regalado no se le mira el diente.
A cada cajón, su aldabón.
A cada cañada le llega su añada.
A cada cerdo le llega su San Martín.
A cada cual dé Dios el frío como ande vestido.
A cada cual lo suyo y a Dios lo de todos.
A cada día bástale su maestría, y a cada momento, su pensamiento.
A cada día su pesar y su esperanza.
A cada ermita le llega su fiestecita.
A cada necio agrada su porrada.
A cada pajarillo le gusta su nidillo.
A cada paje, su ropaje.
A cada parte hay tres leguas de mal camino.
A cada pez le llega su vez.
A cada puerta su llave.
A cada puerta, su dueña.
A cada rey su trono.
A cada santo le llega su día.
A cada uno Dios da el castigo que merece.
A cada uno mate su ventura, o Dios que le hizo.
A calza corta, agujeta larga.
A camino largo, paso corto.
A can que lame ceniza, no le debes confiar la harina.
A canas honradas no hay puertas cerradas.
A candil muerto, todo es prieto.
A cántaro roto, otro al puesto.
A canto de pájaro y a gracia de niño no invites a ningún amigo.
A carne de lobo, diente de perro.
A carne mala, buena salsa.
A carnero castrado, no le tientes el rabo.
A cartas, cartas y a palabras, palabras.
A casa de mi novia llevé un amigo: él se quedó adentro y yo despedido.
A casa de tu amigo rico irás siempre requerido, y a la del necesitado irás sin ser llamado.
A casa de tu hermano no irás cada verano.
A casa de tu hermano no vayas de ordinario, y menos si es casado.
A casa de tu tía, entrada por salida.
A casa vieja, portada nueva.
A cazuela chica, cucharadica.
A cena de vino, desayuno de agua.
A chica cama, echarse en medio.
A chillidos de cerdo, oídos de carnicero.
A ciento de renta, mil de vanidad.
A confite de monja pan de azúcar.
A consejo ido, consejo venido.
A consejo ruin, campana de madera.
A cordero extraño no agasajes en tu rebaño.
A cuarto vale la vaca, y si no hay cuarto, no hay vaca.
A cuenta de los gitanos hurtan muchos castellanos.
A cuentas viejas, barajas nuevas.
A diente cogen la liebre.
A dineros pagados, brazos cruzados.
A Dios de rodillas; al rey de pie, y al demonio en el canapé.
A Dios lo mejor del mundo, pues es señor sin segundo.
A Dios rogando y con el mazo dando.
A Dios se dejan las cosas, cuando no tienen remedio.
A Dios se le dejan las quejas, y al diablo las disparejas.
A Dios y a su altar, lo mejor has de dar.
A Dios, lo mejor.
A Dios, lo que es digno de Dios.... y a la cama, la sobrecama.
A Dios, nada se le oculta.
A do te duele, ahí te daré.
A donde acaba el novio, empieza el marido.
A donde fueres haz lo que vieres.
A donde se cree que hay chorizos, no hay clavos donde colgarlos.
A dos días buenos, cientos de duelos.
A ellas padre, vos a las berzas y yo a la carne.
A embestida de hombre fiero, ¡pies para que los quiero!
A enemigo que huye, puente de plata.
A enfermedad ignorada, pocas medicinas y a estudiarla.
A ese andar, llévalos mi baca. (Haca)
A ese precio, no habría ya vara en la tienda.
A espaldas vueltas, memorias muertas.
A falta de caballos, troten los asnos.
A falta de corazón, buenas las piernas son.
A falta de faisán, buenos son rábanos con pan.
A falta de hechiceros lo quieren ser los gallegos.
A falta de manos, buenos son pies.
A falta de pan, buenas son tortas.
A feria vayas que más valgas.
A ferias y fiestas, con pollinos y mujeres ajenas.
A fiar lo asesinó el mal pagar.
A fin de año, remienda tu paño.
A fuego y a boda va la aldea toda.
A fuer de Portugal: dos animales sobre un animal.
A fuer del Potro, un maravedí da otro.
A fuerza de duros caen los más fuertes muros.
A fuerza de martillar, el herrador deja de herrar.
A fuerza de palos, como borrico de yesero.
A fuerza de probaturas perdió el virgo la Juana.
A fuerza de villano, hierro en mano.
A fullería, cordobesías.
A gallego pedidor, castellano tenedor.
A gana de comer, no hay mal pan.
A golpe dado no hay quite.
A gracias de niño y canto de pájaros, no convides a tu amigo.
A gran arroyo, pasar postrero.
A gran calva, gran pedrada.
A gran chatera, gran pechera.
A gran culpa, suave comprensión.
A gran salto, gran quebranto.
A gran seca, gran mojada.
A gran solicitud, gran ingratitud.
A gran subida, gran caída.
A grandes cautelas, otras mayores.
A grandes males, grandes remedios.
A gusto dañado, lo dulce le resulta amargo.
A gustos de los cocineros, comen los frailes.
A hombre de dos caras, hombre de buena espalda.
A hombre recién levantado, ni le propongas negocios ni le pidas un prestado.
A hora mala no ladran canes.
A hoy lo veo; en mañana, poco creo.
A hurón cansado, madriguera nueva.
A ira de Dios, no hay casa fuerte.
A jugar y perder, pagar y callar.
A la aguja buen hilo, y a la mujer buen marido.
A la bestia cargada el sobornal la mata.
A la boda del herrero, cada cual con su hierro.
A la cabeza, el comer la endereza.
A la cama no te irás sin saber una cosa más.
A la cena y a la cama, solo una vez se llama.
A la corta o a la larga cae el burro con la carga.
A la corta o a la larga, el galgo a la liebre alcanza.
A la corta o a la larga, el tiempo todo lo alcanza.
A la fea, el caudal de su padre la hermosea.
A la fortuna, por los cuernos.
A la fuerza ahorcan y quedan bien ahorcados.
A la fuerza, ni los zapatos entran.
A la fuerza, no hay razón que la venza.
A la gallina no le pesan sus plumas.
A la gallina y a la mujer, le sobran nidos donde poner.
A la guerra, con la guerra.
A la hembra desamorada, a la adelfa le sepa el agua.
A la hija traviesa, con azotes se endereza.
A la hora de la quema se verá el humo.
A la iglesia por devoción, y a la guerra por necesidad.
A la justicia y a la inquisición chitón.
A la larga el galgo a la liebre mata.
A la larga, lo más dulce amarga.
A la larga, todo se sabe.
A la mala costumbre, quebrarle la pierna.
A la mala hilandera, la rueca le hace dentera.
A la muerte no hay cosechador que la coseche.
A la muerte pelada no hay puerta cerrada.
A la mujer bailar y al burro rebuznar, el diablo no les debió enseñar.
A la mujer ventanera, tuércele el cuello si la quieres buena.
A la mujer y a la burra, cada día una zurra.
A la mujer y a la mula, vara dura.
A la mujer y al ladrón, quitarles la ocasión.
A la mujer y al mulo, en el culo.
A la mujer, ni todo el amor, ni todo el dinero.
A la noche putas y a la mañana comadres.
A la noche, arreboles, a la mañana habrá soles.
A la orilla del río te espero, galapaguero.
A la oveja mansa, cada cordero la mama.
A la prima, se le arrima.
A la puta y al barbero, nadie los quiere viejos.
A la puta, el hijo la saca de duda.
A la que bien baila, con poco son le basta.
A la que tenga más de treinta, no la pretendas.
A la que uno no contenta, no bastan dos ni cincuenta.
A la ramera y al juglar, a la vejez les viene el mal.
A la sierra, ni dueña ni cigüeña.
A la sombra de los buenos viven los malos sin freno.
A la sombra del gitano, medra el villano.
A la sombra del nogal no te pongas a recostar.
A la tercera va la vencida.
A la una, que bien que mal, en cada casa comido han.
A la vejez se acorta el dormir y se alarga el gruñir.
A la vejez, cuernos de pez.
A la vejez, viruelas.
A la virtud, menester hace espaldas.
A largos días, largos trabajos.
A las andadas volví, pronto me arrepentí.
A las diez deja la casa do estés. Si en la tuya estás, te acostarás.
A las diez, deja la calle para quien es.
A las diez, en la cama estés; si puede ser antes, mejor que después.
A las obras me remito.
A las romerías y a las bodas van las locas todas.
A las veces la cabra bala por el cuchillo que la mata.
A las veces, do cazar pensamos, cazados quedamos.
A lisonjeros dichos no le prestes oídos.
A lo hecho, pecho.
A lo que has de negarte, niégate cuanto antes.
A lo que manda Dios, oreja de liebre.
A lo que no puedas, nunca te atrevas.
A lo que no puede ser paciencia.
A lo que no te agrada, haz que no oyes nada.
A lo que no tiene remedio, litro y medio.
A lo que puedas solo no esperes a otro.
A lo que se quiere bien, se castiga.
A los audaces la fortuna les ayuda.
A los enemigos bárreles el camino.
A los enfermos los sanos buenos consejos les damos.
A los machos se les conoce por los huevos.
A los treinta doncellez, muy rara vez.
A los tuyos, con razón o sin ella.
A luz de la candela, toda música parece bella.
A machas de corazón no basta ningún jabón.
A mal dar, apretar el culo contra el sitial.
A mal tiempo buena cara.
A mala leña un buen brazado.
A mala suerte, envidia fuerte.
A mala venta, mala cuenta.
A malos ratos, buenos tragos.
A más años más pecados.
A más beber, menos comer.
A más oro, menos reposo.
A más vivir, más sufrir.
A medida del santo son las cortinas.
A mi prójimo quiero, pero a mí el primero.
A mí todos me hallan, pero yo no hallo a nadie.
A misa temprano, nunca va el amo.
A mucho amor, mucho perdón.
A mucho hablar, mucho errar.
A mucho hablar, poco acertar.
A mucho hablar, poco obrar.
A muy porfiado pedir, no hay que resistir.
A nadie has de decir cuánto tienes, dónde lo tienes, ni adónde piensas ir.
A nadie le amarga un dulce.
A nadie le parece poco lo que da, ni mucho lo que tiene.
A nave rota, todo tiempo es contrario.
A ninguno le hiede su mierda sino la ajena.
A nuevos hechos, nuevos consejos.
A nuevos tiempos, nuevos usos.
A olla que hierve ninguna mosca se atreve.
A osadas, que quien lo dijo no mintió.
A otra puerta, que ésta no se abre.
A otro perro con ese hueso.
A pájaro muerto, jaula abierta.
A palabras necias, oídos sordos.
A palabras vanas, ruido de campanas.
A pan de quince días, hambre de tres semanas.
A pan duro, diente agudo.
A perro flaco todo son pulgas.
A perro que no conozcas, no le pises el rabo.
A persona lisonjera no le des oreja.
A persona lisonjera, ni oírla siquiera.
A picadura de mosca, pieza de sábana.
A poco caudal, poca ganancia.
A poco pan, tomar primero.
A preñada, hasta que para, y a la parida, cada día.
A presurosa demanda, espaciosa respuesta.
A pueblo forastero vayas a pretender, a darla ó que te la den.
A puerta cerrada, el diablo se vuelve.
A puerta trancada el diablo se vuelve.
A putas y ladrones nunca faltan devociones.
A quien a mula, bestia, hace mal, es más bestia que el animal.
A quien amasa y cuece, muchas le acontece.
A quien bien te quiere, visítale poco, para que te desee.
A quien buenos cojones tiene, lo mismo le da por lo que va como por lo que viene.
A quien cuece o amasa, de todo le pasa.
A quien da y perdona, nácele una corona.
A quien dan no escoge y eran cuchilladas.
A quien dan y no toma, dicha es que le sobra.
A quien dan, no escoge.
A quien das de yantar, no te duela dar de almorzar.
A quien de bailar tiene gana, poco son le basta.
A quien de bueno viene, por bueno se le tiene.
A quien debas contentar, no procures enfadar.
A quien dices tu secreto, haces tu dueño.
A quien Dios no le dio hijos, el diablo le dio sobrinos.
A quien Dios se la dé, San Pedro se la bendiga.
A quien duerme, duérmele la hacienda.
A quien espera, su bien llega.
A quien está en su tienda, no le achacan que se halló en la contienda.
A quien feo ama, bonito le parece.
A quien hace mal, uno, al lisonjero, ninguno.
A quien has acallado no le hagas llorar.
A quien has de acallar, has de halagar.
A quien le duele la buba, ese la estruja.
A quien le pique, que se rasque.
A quien lo quiere celeste, que le cueste.
A quien madruga, Dios le ayuda.
A quien mal canta, bien le suena.
A quien miedo han, lo suyo le dan.
A quien mucho miente, le huye la gente.
A quien mucho tememos, muerto lo queremos.
A quien mucho tiene, más le viene.
A quien nada quiere, todo le sobra.
A quien no habla, no le oye Dios.
A quien no la teme, nada le espanta.
A quien no quiere caldo, tres tazas y la última rebosando.
A quien paga adelantado, mal le sirve su criado.
A quien se hace el sordo, barreno gordo.
A quien se viste de lo ajeno, le desnudan en concejo.
A quien siembra espeso, dos veces le merma la panera.
A quien soledad quiere, todo le estorba.
A quien te deja en cuita, no lo quieras en trebejo.
A quien te engañó una vez, jamás le has de creer.
A quien te hizo una hazle dos, aunque no lo mande Dios.
A quien te pide capa por justicia, dale la media en paz.
A quien tiene escopeta, guitarra, reloj y mujer, nunca le falta un trasto que componer.
A quien tiene malas pulgas, no le vayas con burlas.
A quien tiene ropa y duerme en el suelo, no le tengas duelo.
A quien tienes que dar la cena, no le quites la merienda.
A rey muerto, rey puesto.
A río crecido, sentarse en la orilla.
A río revuelto, ganancia de pescadores.
A roma va, dinero llevará.
A ropa de terciopelo, dos dueñas y su escudero.
A santo enojao, con no rezarle se ha terminao.
A saya blanca, ribete negro.
A secreto agravio, secreta venganza.
A su amigo, el gato le deja siempre señalado.
A su costa aprende el necio, y a costa del necio el cuerdo.
A su tiempo maduran las brevas.
A tal puta, tal rufián.
A tal señor, tal honor.
A tambor mayor, diana no.
A ti te las digo, Pedro; si por ti las toma Juan, es que también a ti te van.
A traidor, traidor y medio.
A tres de pelea, enséñales la suela.
A tu amigo pélale el higo y a tu enemigo el prisco.
A tu casa venga quien te eche de ella.
A tu marido muéstrale el culo, pero no del todo.
A tu mesa ni a la ajena, no te sientes con la vejiga llena.
A tuertas ni a ciegas, ni afirmes ni niegues.
A un burro le hacían alcalde, y no lo agradecía.
A un burro le hacían obispo, y roznaba.
A un fresco, un cuesco.
A un hombre rico, no repares y es feo o bonito.
A una bola no se le puede sacar punta.
A veces caza quien no amenaza.
A veces el echar a andar es la más difícil del caminar.
A veces la diligencia aprovecha más que la ciencia.
Abad de Somosierra, hartos de nabos y berzas.
Abanico calañés cuesta dos cuartos o tres.
Abejas sin comida, colmenas perdidas.
Abierto el cajón, convidado está el ladrón.
Abierto el saco todos entran a trapo.
Abierto el saco, todos meten la mano.
Abogacía que no zorrocía.
Abogacía, que una boga y otra cía.
Abogadito nuevo, perdido el pleito.
Abogado novato, Dios te asista, entre parientes, pobres, putas y petardistas.
Abracijos no hacen hijos, pero son preparatijos.
Abrazo de ciego, golpe seguro.
Abrazo flojo, amor poco; abrazo apretado, ese sí que es abrazo.
Abre el ojo, y te ahorrarás enojos.
Abriga bien el pellejo, si quieres llegar a viejo.
Abril, lluvias mil. Y si nos sale cabrón, lluvias a mogollón.
Abriles y yernos, pocos son buenos.
Abuelos y tíos cuando están tendidos.
Abundancia y soberbia andan en pareja.
Abusar es mal usar.
Abusar no es usar, si no mal usar.
Abuso no quita uso.
Acabóse la paje y murió el burro que la tronzaba.
Acaso nuevo, consejero nuevo.
Acá como allá, y allá como acá.
Acá o allá mira siempre con quien vas.
Aceite y vino, bálsamo divino.
Aceitunas amargas, con el vino se pasan.
Acelgas benditas, de día tronchos y a la noche hojitas.
Aceptar un don, requiere discreción.
Acertar y errar diez, mal acierto es.
Acertar, errando, sucede de vez en cuando.
Achaque el viernes por comer carne.
Acoge lo provechoso y no admitas lo dañoso.
Acogí al ratón en mi agujero y tornóseme heredero.
Acometer hace vencer.
Acude al sabio para el consejo, y no al rico para el remedio.
Acuérdate al atar de que has de desatar.
Acuérdate, nuera, de que también serás suegra.
Adiós señora alcaldesa, que me llevo el reloj y las pesas.
Adiós, Blas y que Dios te lo pague, ya te vas.
Adivina quien te ha dado; tu enemigo se ha acercado.
Administrador que administra y enfermo que se enjuaga, algo traga.
Adonde el corazón camina, el pie se inclina.
Adonde el corazón se inclina, el pie camina.
Adonde no hay remedio, haya paciencia.
Adonde quiera que fueres, ten de tu parte a las mujeres.
Adonde se perdió la capa, allá debes buscarla.
Adonde te quieren mucho no vayas a menudo.
Adulador, engañador, y al cabo, traidor.
Afana, suegro, para que te herede; mato de luto y corazón alegre.
Afanar y no ganar, doy al diablo tal afanar.
Afanar y no medrar es para desesperar.
Afanes y refranes, herencia de segadores y gañanes.
Afición por afición, más cerca está la camisa que el jubón.
Afición que más daña que aprovecha, enseguida se desecha.
Afortunado en el juego, desgraciado en amores.
Agarrando aunque sea fallo.
Agárrate, que hay curvas.
Agosto lleva la culpa y septiembre la pulpa.
Agosto y septiembre no duran siempre.
Agrada y te agradarán.
Agrada, quien manda.
Agua corriente no mata a la gente.
Agua corriente sana a la gente.
Agua corriente, agua inocente.
Agua corriente, no daña el diente.
Agua corriente, no mata gente; agua estancá, la matará.
Agua corriente, no mata gente; agua sin correr, puede suceder.
Agua de llena, noche de angulas.
Agua de mañana y concejo de tarde, no es durable.
Agua de navazo, ensancha la barriga y estrecha el espinazo.
Agua de pozo y mujer desnuda, mandan al hombre a la sepultura.
Agua de sierra, y sombra de piedra.
Agua en agosto, azafrán, miel y mosto.
Agua en ayunas: o mucha, o ninguna.
Agua en cesto se acaba presto.
Agua en cesto, y amor de niño y viento de culo, todo es uno.
Agua en marzo, hierbazo.
Agua es calentada, más presto es resfriada.
Agua fresca la da el jarro, no de plata sino de barro.
Agua fría y borona caliente, hacen buen diente.
Agua no enferma, ni embriaga ni endeuda.
Agua pasada no mueve molinos.
Agua por mayo, pan para todo el año.
Agua por San Juan, quita vino y no da pan. (24 de junio)
Agua por Virgen de Agosto, quita aceite y agua el mosto.
Agua que haya de beber, no la enturbiaré.
Agua que no has de beber, déjala correr.
Agua, candela y la palabra de Dios, ningún hombre de bien las negó.
Agua, Dios, el vino en bota y las mujeres en pelota.
Agua, sol y basura, y menos libros de agricultura.
Aguardiente arrancarejas, no la bebas.
Aguja calumbrienta, no estarás en mi herramienta.
Aguja fina, saca espina.
Aguja que doble, para sastre pobre.
Aguja, sastre y dedal, os darán por medio real.
Ahí está la madre del cordero.
Ahí lo tienes, si te condenas, que te condenes.
Ahogado el niño tapan el pozo.
Ahora adulador, mañana traidor.
Ahora, hasta los escarabajos empinan la cola.
Ahorra, ahorrador para que gaste el gastador.
Ahorra, ahorrador, que y vendrá el derrochador.
Aire de Levante, agua delante.
Ajo cebollino, para con vino.
Ajo curado y vino puro, pasan el puerto seguro.
Ajo dulce ni leño sin humo.
Ajo dulce no hay.
Ajo hervido, ajo perdido.
Ajo hervido, gusto perdido.
Ajo pio y vino puro, pasar el puerto seguro.
Ajo que del hornillo salta, al diablo vaya.
Ajo que salta del mortero, ya no lo quiero.
Ajo sal y pimiento y lo demás es cuento.
Ajo y vino puro, y luego verás quien es cada uno.
Ajuar de la forastera: dos estacas y una esfera.
Al agradecido, más de lo pedido.
Al agua corriente y al cristal, no se le pega na.
Al alcornoque no hay palo que lo toque; menos la carrasca, que le casca.
Al amigo que en apuro está, no mañana, sino ya.
Al amigo reconciliado, con un ojo abierto y el otro cerrado.
Al amigo y al caballo, no hay que cansarlos.
Al amo listo y avisado, nunca lo engaña el criado.
Al asno no pidas lana.
Al asno rudo, aguijón agudo.
Al asno y al mulo, la carga al, culo.
Al asno, el palo, y a la mujer, el regalo.
Al ave de paso, cañazo.
Al azar de los manteles, haremos cuentas y pagaredes.
Al barrigón, no le vale faja.
Al bien, buscarlo; al mal, esperarlo.
Al bien, deprisa, y al mal, de vagar, te hagas de llegar.
Al bobo, múdale el juego.
Al buen amanecer no te lo dejes perder.
Al buen callador, le llaman sabio.
Al buen corazón la fortuna le favorece.
Al buen día, métele en casa.
Al buen entendedor, pocas palabras bastan.
Al buen entendedor, pocas palabras le bastan.
Al buen jugador la pelota le viene.
Al buen pagador, no le duelen prendas.
Al buen segador, nunca se le olvida la hoz.
Al bueno por amor y al malo por temor.
Al burro el palo y a la mujer el regalo.
Al burro muerto, la cebada al rabo.
Al burro viejo, la mayor carga y el peor aparejo.
Al cabo de lo años mil, vuelven las aguas por donde solían ir.
Al catarro, dale con el jarro.
Al ciego no le aprovecha pintura, color, espejo ni figura.
Al cobre y al estaño, mucho paño.
Al cuerdo o al hábil, todo le es fácil.
Al descalabrado nunca le falta un trapo, que roto, que sano.
Al desdén con el desdén.
Al desdichado, poco le vale ser esforzado.
Al dolor de cabeza, el comer le endereza.
Al endeble todos se le atreven.
Al enfermo que es de vida, el agua es medicina.
Al engaño, con engaño.
Al espantado, la sombra le basta.
Al espantado, la sombra le espanta.
Al flojo cavador, meterlo en medio, y grande azadón.
Al fraile mesurado, mírale de lejos y háblale de lado.
Al fraile y al puerco, mostradle una vez la casa que el se vendrá luego.
Al fregar los platos sólo acuden los mentecatos.
Al freír de los huevos lo veréis.
Al freír los huevos veréis lo que llevo.
Al freír será el reír.
Al galán y la dama, el diablo los inflama, y la ocasión le hace la cama.
Al hablar, como al guisar, su granito de sal.
Al hierro el orín y la envidia al ruin.
Al hombre de dos caras, rayo que lo parta.
Al hombre desconocido, no le toques la oreja.
Al hombre inocente, Dios le endereza la simiente.
Al hombre mayor, dale honor.
Al hombre osado, la fortuna le da la mano.
Al hombre pobre no le salen ladrones.
Al ingrato, con la punta del zapato.
Al loco y al fraile, aire.
Al mal año, tarria de seda.
Al mal dar, tabaquear.
Al mal hecho, ruego y pecho.
Al mal paso, darle prisa.
Al marido, amarle como amigo, y temerle como enemigo.
Al miedo plata; y al amor cariño.
Al músico viejo le queda el compás.
Al niño y al mulo, en el culo.
Al nopal nada más lo visitan cuando tiene tunas.
Al pan se arrima el perro.
Al pan, pan; y al vino, vino.
Al pan, pan y al vino, vino y llevarse bien con el vecino.
Al papel y a la mujer, hasta el culo le has de ver.
Al perro muerto, échale del huerto.
Al pez, una vez.
Al potro y al niño, con cariño.
Al que se pica, ajos come.
Al que al cielo escupe, en la cara le cae.
Al que come beleño, no le faltará sueño.
Al que es de muerte, el agua le es fuerte.
Al que le sirva el sombrero, que se lo ponga.
Al que mucho se agacha, el culo se le ve.
Al que nace barrigón, es inútil que lo fajen.
Al que no quiere caldo se le dan dos tazas.
Al que tiene mujer hermosa, o castillo en la frontera o viña en carretera, nunca le falta trabajo.
Al que toma y no da, el diablo se lo llevará.
Al que trabaja y anda desnudo, ajo y vino puro.
Al revés te lo digo, para que me entiendas.
Al rico, los amigos le son enemigos.
Al roto, patadas y porotos.
Al saber le llaman suerte.
Al sonar el pedo, sólo queda un rostro serio.
Al tahúr nunca le falta qué jugar ni al putañero qué gastar.
Al viejo y al bancal, lo que le puedas sacar.
Al último siempre le muerde el perro.
Alabanza propia, mentira clara.
Alabanza propia, mierda segura.
Alabaos, coles, que hay nabos en la olla.
Alábate pollo, que mañana te guisan.
Alábate, asno, que te crece el rabo.
Alábate, cesto, que venderte quiero.
Alábate, Juan, que si no te alabas no te alabarán.
Alábate, mierda, que el río te lleva.
Alba de Tormes, llena de putas, más de ladrones, mira tu capa donde la pones.
Albarcas y coladores, de abedul son las mejores.
Alcalde que por momentos se dispara, háganle arrimar la vara.
Alegría y tristeza muerte acarrean.
Alegría, albarderos que bálago se arde.
Alfayate que no hurta, poco medra con la aguja.
Algo busca en tu casa, quien te hace visitas largas.
Algo tendrá el agua cuando la bendicen.
Algunos tienen buena jaula, pero malos pájaros.
Algún día cogerá la zorra cabrito.
Allá va el niño, donde le tratan con cariño.
Allá van leyes, do quieren reyes.
Ama de cura, puta segura.
Amar sin ser amado es como limpiarse el culo sin haber cagado.
Amar y no ser amado es tiempo mal empleado.
Amar y saber, todo no puede ser.
Amigo de uno, y enemigo de ninguno.
Amigo leal y franco, mirlo blanco.
Amigo que no da pan y cuchillo que no corta, aunque se pierda no importa.
Amigo que no da, y navaja que no corta, si se pierden poco importa.
Amigo reconciliado, enemigo doblado.
Amigo sin dinero, eso quiero; que dinero sin amigo, a veces no vale un higo.
Amigo traidor, una buena cuerda y colgado al sol.
Amigo traidorcillo, más hiere que un cuchillo.
Amigo viejo, tocino y vino añejo.
Amigos hay pesados y enemigos ligeros.
Amigos que no dan nada y cuchillos que no cortan, aunque se pierdan no importa.
Amigos, oros y vinos, cuanto más viejos, mas finos.
Amistad de boquilla, no vale una cerilla.
Amistad del poderoso, sol de invierno y amor de mujer, duraderos no pueden ser.
Amistad fuerte, llega más allá de la muerte.
Amistad por interés, no dura porque no lo es.
Amistad quebrada, siempre mal lanada.
Amistades que son ciertas, mantienen las puertas abiertas.
Amor con amor se paga; y lo demás con dinero.
2 comentarios:
a veces es mejor dar su tiempo a cada cosa
XD
Publicar un comentario
Escribe un Comentario o si lo prefieres deja tu Refrán: